Los precursores.
Los antecesores del violín pueden seguirse casi hasta los
principios de la civilización, con instrumentos como el ravanastron, de la
India, de cerca de 5000 años antes de Cristo, o el rabab (o rebab) de probable
doble origen: Persia y África del Norte. Resulta difícil tratar de armar el
rompecabezas de la historia del violín con piezas tan disímiles; igualmente
compleja es la tarea de asimilar a esta historia la manera como la migración
desde tan diversas fuentes llevó a la evolución del instrumento hasta su forma
definitiva, en la que se fueron integrando componentes y técnicas de ejecución
que incluyeron el uso del arco, elemento también de origen incierto. El
desarrollo del arco moderno se perfecciona gracias a François Tourte (1774 –
1835), un relojero que se dedicó a la arquetería, como lo harían su padre y su
hermano.
A él se debe la selección de la madera de pernambuco como el
mejor material para la elaboración del arco, dadas sus características de
elasticidad, peso y resistencia. El Pernambuco (Caesalpina echinata) es un
árbol originario del Brasil; su uso en fabricación de arcos ha generado una
conciencia entre grupos conservacionistas para proteger esta especie única de
la flora amazónica.
Siguiendo los consejos de grandes violinistas como Viotti y
Kreutzer, Tourte establece la longitud óptima del arco del violín en 74 o 75
centímetros, y la del chelo entre 72 y 73 cm. Las cerdas del arco del violín
están hechas de unos 150 pelos de cola de caballo, mientras que para el arco de
una viola se necesitan 175, y para el del chelo hasta 200 pelos. Para algunos,
los mejores son de equinos siberianos o de Mongolia, y siempre preferibles los
de los sementales a los de las yeguas, debido a la posibilidad de que las colas
de éstas últimas se encuentren deterioradas por la orina. Existe el mito de que
los mejores pelos son los de color más cercano al blanco puro, pero, como es
sabido por quienes tenemos algunas canas, la blancura de los pelos no es necesariamente
su mejor atributo; en el caso de los arcos, este color sólo es posible si se
someten los pelos a un proceso de decoloración, haciéndolos quebradizos.
Actualmente se utilizan colas de caballos del Canadá, de
algunas regiones de América del Sur, Australia, Hungría y Rusia. El pelo de la
cola de caballo tiene un espesor de unos 0.4 mm, y puede ser devorado por la
larva del Anthrenus museorum o escarabajo de museo, por lo que es
aconsejable utilizar insecticidas
comunes para evitar esta dañina infestación. Esta larva evita la luz, por lo
que exponer el arco a la luz del sol también es una práctica recomendable.
Un poco menos remotos, pero aún distantes, se encuentran los
ancestros más cercanos del violín, como la vielle y la rotta, instrumentos
medievales basados en el diseño de la cítara, con modificaciones necesarias
para su ejecución con arco, como la incorporación del diapasón, tabla usada
para el apoyo de los dedos por encima de la caja de resonancia del instrumento.
Como parte de la evolución del violín, se encuentran los
agujeros de formas variadas que se le agregaron para mejorar su sonoridad.
La evolución definitiva de la familia del violín
comenzó hacia la primera mitad del siglo dieciséis, y es ciertamente de
ciudadanía italiana, más precisamente ubicada en Brescia, al norte de Italia.
incluyen la lira da braccio y la viola da braccio, cuya
denominación (da braccio - de brazo) enfatiza el modo de ejecutarlos, aunque
esta técnica también sufrió modificaciones durante la evolución del violín, que
se acompañaron de cambios en la postura del ejecutante y en la forma de
utilizar el arco.
El rabel es otro instrumento considerado antecesor del
violín.
El Nacimiento.
En un mapa de la región de Lombardía, se pueden identificar algunos puntos de referencia útiles para orientarnos en esta historia: Al norte, los Alpes y la frontera con Suiza; también podemos ubicar a Milán, Venecia y las ciudades más importantes de este relato, que comienza en Brescia, se traslada a Cremona y termina en Bérgamo.
En un mapa de la región de Lombardía, se pueden identificar algunos puntos de referencia útiles para orientarnos en esta historia: Al norte, los Alpes y la frontera con Suiza; también podemos ubicar a Milán, Venecia y las ciudades más importantes de este relato, que comienza en Brescia, se traslada a Cremona y termina en Bérgamo.
Los primeros
constructores de renombre son Giovanni Giacomo Dalla Corna (ca 1484 – 1530) y
Zanetto de Michelis da Montechiaro (ca 1488 – 1562), aunque ellos no fabricaron
exclusivamente violines. El instrumento no había terminado de evolucionar en
ese entonces, pues algunas de sus versiones tenían sólo tres cuerdas.
Los primeros
grandes maestros fabricantes de violines de Brescia fueron Gasparo di
Bertolotti da Saló (1540 – 1590), y su alumno Giovanni Paolo Maggini (1580 –
1632). El más antiguo violín de cuatro cuerdas conocido tiene fabricación
certificada por Andrea Amati y fecha de 1555. Gracias a las estrechas
relaciones políticas entre Francia y el norte de Italia, hacia 1560, el rey
Carlos IX de Francia hizo una orden especial de treinta y ocho instrumentos a
la familia Amati, que incluyó veinticuatro violines, seis violas y ocho chelos.
Hacia 1600, la hegemonía en la fabricación violinística se había trasladado de
Brescia a Cremona.
Amati.
Una imagen de Cremona nos muestra la torre del campanario,
Il Torrazzo, de 110.96 metros de altura, terminada hacia el siglo trece. La
famosa escuela de Cremona fue establecida por Antonio Amati (1555 - ¿1640?),
Girolamo Amati (1556 – 1630) y su hijo Niccolò Amati (1596 – 1684). En 1630,
una epidemia de plaga bubónica arrasó con gran parte de la población de
Cremona, incluyendo a los padres de Niccolò Amati y a dos de sus hermanas.
Cuando la Muerte Negra abandonó a Cremona, Niccolò quedó
como el último violero de importancia que sobrevivió en el norte de Italia, y
como el único responsable de transmitir sus conocimientos artesanales.
Entre los pupilos de Niccolò Amati se encontraban Girolamo
Amati II (1649 – 1740), Andrea Guarneri (1626 – 1698) yprobablemente Antonio
Stradivari (1644 – 1737).
También fueron alumnos de Amati: Francesco y Giovanni
Battista Rugeri y posiblemente Jacob Stainer (ca 1621 – 1683). No es claro si
Stradivari fue su alumno. El violín Stradivari más antiguo es de 1666, y en su
marquilla reza: Antonius Stradivarius Cremonensis Alumnus Nicolaii Amati
Faciebat Anno 1666. Sin embargo, no hay registro de Antonio Stradivari en los
censos que incluyen a otros alumnos de Amati. Es probable que, por su habilidad
como tallador hubiera sido contratado desde niño para elaborar algunos adornos
en los violines de Amati. Su genio y habilidad manual pudieron hacer que unos
pocos meses en los talleres de Amati
fueran suficientes para aprender las bases que lo llevaron a fabricar sus
propios violines. También parece probable que el verdadero maestro de
Stradivari fuera Rugeri.
El mito Satradivarius.
Hacia la primera mitad del siglo dieciocho, la escuela de
Cremona dominaba el mundo de la fabricación de violines, encabezada por Antonio
Stradivari, quien estableció el modelo del instrumento para todos sus
sucesores.
De Stradivari se identifican tres fases creativas. La
temprana, con gran influencia de Amati, entre 1666 y 1690. Después, entre 1690
y 1700, sus modelos fueron de mayor longitud; finalmente, su «época de oro», el
apogeo de la escuela de Cremona y del arte de la fabricación del violín.
En casa de Stradivari,
que cuando existía estaba en la Piazza San Domenico (hoy Piazza Roma) había una
terraza con techo, llamada en cremonense seccadour, usada para secar ropa y
alimentos, y muy seguramente también para secar su violines barnizados.
Sólo se conocen algunos
detalles de la vida de Antonio Stradivari y sus diez hijos. Se presume que
nació en 1644, pero se sabe que falleció el 19 de diciembre de 1737. El cuatro
de julio de 1667, se casó con Francesca Feraboschi (? – May 20, 1698).
Francesca era viuda de Giacomo Capra, con quien tuvo dos hijas, luego adoptadas
por el padre de Capra. Giacomo Capra fue asesinado con un disparo de arcabuz
por un hermano de Francesca, Giovanni Feraboschi. A los pocos meses de haberse
casado con Stradivari (en octubre de 1667) , nació su primera hija, Giulia
Stradivari. Giulia se casó en 1688 con Giovanni Farina. En 1670 nace el primer
hijo varón de Antonio Stradivari, Francesco, quien murió a los 10 días de
nacido. El 1º de febrero de 1671, nació quien después sería el encargado del
taller de su padre, también llamado Francesco Stradivari, como su hermano
fallecido.
Alessandro es el
siguiente hijo de Antonio y Francesca, se ordenó como cura del altar de San
Rafael de Cremona en 1705. Caterina nació en 1674; el 14 de noviembre de 1679
nació Omobono Stradivari.
Luego de enviudar en 1698, Stradivari se casó con Antonia Zambelli (¿-marzo
de 1734). La primera hija de Antonio y Antonia (séptimo de Antonio) fue llamada
Francesca, como la primera esposa de Antonio, y nació hacia 1670. De ella se
sabe que fue ordenada con el nombre de
Hermana Rosa en el convento de la Sagrada Anunciación de San Jorge en
Mantua. En 1703 nació Giovanni Battista Stradivari, quien comenzó como aprendiz
en el taller de su padre entre 1714 y 1716. Antonio Stradivari iba a confiar en
Giovanni Battista el negocio de la violería, pero éste falleció hacia 1726.
El noveno hijo de Stradivari fue Giusseppe, quien también fue ordenado como
cura en 1728. El décimo hijo de Stradivari nació el primero de enero de 1708,
Paolo Stradivari. Se convirtió en socio de un comerciante de telas. Se caso con
Elena Templari en septiembre de 1737.
La tradición de la violería fue perpetuada por sus hijos Omobone y
Francesco, además de sus pupilos Carlo Bergonzi (1686 – 1700) y Lorenzo
Guadagnini (ca 1695 – ca 1745). Antonio Stradivari, en su carrera de más de
setenta años, construyó unos 1100 instrumentos (el último conteo oficial es de
1116), de los cuales se sabe que existen hoy cerca de 650, que posiblemente
incluyen algunas imitaciones y falsificaciones.Guarneri.
Después de Stradivari, la dinastía Guarneri ocupó un
importante lugar en la fabricación de violines. Esta dinastía estaba encabezada
por Andrea Guarneri (1655 – 1720), alumno de Niccolò Amati y sus hijos. El
mayor de ellos, Pietro Giovanni (1655 – ¿1728?), se estableció en Mantua y
posteriormente fue conocido como Pedro de Mantua, donde recibió reconocimiento
como fabricante de instrumentos de gran calidad. El menor de sus hijos fue
Giuseppe Giovanni Battista Guarneri (1666 – ¿1739?), quien también introdujo
algunas modificaciones a la influencia de Amati recibida por su padre. A su
vez, Giuseppe Giovanni tuvo dos hijos fabricantes de violines, Pietro
(1695-1762), conocido como Pedro de Venecia, quien recibió influencia de esa
escuela de fabricación de violines, y Giuseppe Antonio Guarneri, (1698-1744),
que ha sido reconocido como el más importante fabricante de violines después de
Stradivari, y a cuyo nombre se le agregó el apelativo «del Gesù» (de Jesús) por
el monograma sacro IHS que utilizaba en las marquillas que identificaban sus
instrumentos.
Luego que Paganini tocara en su violín fabricado por
Guarneri, conocido como «il Cannone» (el cañón), muchos violinistas llegaron a
preferirlos por encima de los de Stradivari. Los Guarneri eran
característicamente de mayor tamaño que los Stradivari, y con una sonoridad
legendaria; tristemente, Guarneri del Gesù sólo produjo unos 200 instrumentos,
siendo éstos muy escasos en la actualidad.
La muerte de Stradivari en 1737 fue seguida, cuatro
años más tarde, por la de sus dos hijos. Guarneri del Gesù falleció en 1744, y
el renombrado pupilo de Stradivari, Guadagnini, murió también en el mismo
decenio. En un período de diez años, desaparecieron los más grandes fabricantes
de violines de Cremona.
Desde 1550, se empezaron a formar escuelas de
fabricantes de violines en ciudades de Francia como Paris, Mirecourt, Nancy y
Lyon. De los fabricantes de Brescia, Giovanni Maria Dalla Corna parece haber
fundado la escuela de violines de Venecia.
Stainer.
Jacob Stainer (ca 1621 – 1683) de Absam, Austria, se
estableció como el primer gran fabricante de violines al norte de los Alpes,
con un reconocimiento tal, que en una época superó la fama de la escuela de
Cremona. Como dato curioso, algunos músicos importantes, como Johann Sebastian
Bach y Leopold Mozart, tocaban únicamente violines Stainer. Posteriormente, se
descubrió que el instrumento del padre de Wolfgang Amadeus Mozart resultó no
ser un Stainer, sino una falsificación, hecha por la casa Klotz, de Mittenwald.
En efecto, de los tres instrumentos de propiedad de la Familia Mozart que aún
se preservan, uno de ellos se atribuye al fabricante Aegidius Klotz, aunque
éste lleva una falsa marquilla de Stainer.
Desafortunadamente, la escuela de Stainer murió con
él, pues al parecer nunca tuvo verdaderos pupilos, aunque algunos historiadores
afirman que la tradición de Stainer se transmitió a sus aprendices Albani y
Klotz.
Si se estudia una fotografía de violines de diferentes
fabricantes, no parecen encontrarse mayores diferencias entre ellos. Sin
embargo, para los conocedores, cada uno de estos instrumentos es considerado
una pieza única.
Con el fin de la era barroca, la fabricación de
violines italianos cayó en decadencia, aunque esta tradición continuó en otras
casas, como la Klotz en Baviera, la Mirecourt en los Vosgos, Markneukirchen en
Sajonia, Schönbach en Checoslovaquia y Hill en Londres, por citar algunos
ejemplos.
La indrusrializaciòn.
La división del trabajo artesanal y la manufactura
industrial dieron paso a una nueva era en la fabricación del violín, con una
notoria disminución en la calidad del timbre del instrumento. La primera
fábrica de violines se fundó alrededor de 1790 en Mirecourt, Francia.
Otras ciudades europeas le siguieron en la producción
masiva del violín. Los fabricantes de violines comenzaron a comprar y a
especular con viejos instrumentos italianos y empezaron a producir instrumentos
de «estilo antiguo», luego que el movimiento romántico regresara a formas
dejadas atrás, con el surgimiento de los estilos neoclásico y neobarroco.
Algunos fabricantes de renombre, como Jean Baptiste Vuillaume, padre de la
escuela francesa y famoso por sus excepcionales violines «rojos» (no
relacionados con la renombrada producción cinematográfica del año 1999, «El
Violín Rojo»), recurrieron a métodos como la «cocción» de los instrumentos para
acelerar su secado, con técnicas como el ahumado y el uso de tratamientos
químicos de las maderas. A estos procedimientos siguieron los experimentos con
el barniz, cuya fórmula parecía ser el secreto de instrumentos como los de
Stradivari. La consecuencia de esta tendencia en la demanda de instrumentos
«antiguos» fue la aparición de imitaciones y de instrumentos falsos. Se dice
que Vuillaume copió el violín Guarneri de Niccolò Paganini con tal precisión,
que ni el mismo Paganini era capaz de reconocer el original. Así mismo, el
famoso Stradivari «Balfour» resultó ser obra de J. B. Vuillaume.
El siglo XX.
Al comenzar el siglo veinte, un nuevo interés en la
música barroca y una escasez de instrumentos de época hicieron volver al reto
de crear instrumentos de acuerdo a las especificaciones barrocas. Hoy en día,
los grupos de música clásica que anuncian el uso de «instrumentos originales»,
realmente no tocan en instrumentos de época. Aunque hay algunos pocos
instrumentos fabricados por famosos luthiers o violeros, muchos de sus instrumentos
son reproducciones modernas hechas con la técnica antigua, que siguen siendo
valiosos por su sonoridad, más no por su antigüedad. Los violines antiguos y
verdaderamente «originales» tienen precios muy altos, y son conservados por
coleccionistas o intérpretes como verdaderos tesoros. A estos violines se les
han dado nombres propios, que pueden hacer referencia a algunas de sus
características o a la familia que los posee. No se conoce el destino final de
todos los violines Stradivari que aún existen; los tres que han sido
considerados como los de mejor sonoridad en el mundo son el «Alard», vendido en
Londres en 1982 por más de un millón doscientos mil dólares; el «Delfín»,
actualmente en poder de los herederos de Jascha Heifetz; y el «Mesías»,
perteneciente al museo Ashmolean de Oxford. Dicho museo fue fundado por Elias
Ashmole en 1863; además de poseer el Stradivari «Mesías» en la colección del
salón de música Hill, allí se encuentra el violín más antiguo que existe,
fechado en 1564 y fabricado por Amati, parte del mencionado encargo de Carlos
IX de Francia. Otros de los Stradivari del Ashmolean incluyen el «Marie Hall»,
que fuera antes de Viotti, fabricado en 1709 y famoso por su fondo, cuyas vetas
recuerdan las rayas de un tigre; el «Khevenhüller» de 1733,de color rojizo,
avaluado en 4 millones de dólares; el «Paganini» de 1680, y el «Lipi?ski» de
1715. Desde que el «Lipi?ski» fuera vendido en 1960, ha permanecido en
silencio: nunca se ha vuelto a saber de él.
El cello «Davidof» , fabricado por Stradivari en 1712,
es el que usa el famoso Yo-Yo Ma.
En el museo cívico de Cremona hay un Amati de 1566,
valorado en 10 millones de dólares. El boliviano Jaime Laredo no pudo adquirir
el «Paganini», pero posee el «Gariel» de 1717. Yehudi Menuhin fue el dueño del
Stradivari «Soil», actualmente en poder de Itzhak Perlman.
Louis Krasner de Rusia ha descrito la relación entre
el violín y su dueño con connotaciones antropomórficas para el instrumento: «el
violín conoce a su maestro, posee memoria y lealtad», haciendo referencia a que
algunas piezas casi pueden ser interpretadas por el instrumento por sí mismo,
de acuerdo a lo aprendido por su anterior dueño. Krasner compró el Stradivari
«Dancla», que pertenecía a Nathan Milstein. Maxim Vengerov, también ruso,
sugirió que la relación entre el violín y el violinista es como un matrimonio.
Su violín Stradivari era el «Kreutzer», avaluado en 1.6 millones de dólares.
Para algunos, cuando la relación se establece entre el
instrumento y una mujer, se puede considerar que el violín es como una
extensión de ellas. Anne Sophie Mütter nunca usa el apoyo para el hombro, y
siempre viste trajes que le permitan el contacto directo de su piel con su
Stradivari.
En 1983, cuando Viktoria Mullova escapó de la Unión Soviética
cruzando la frontera de Finlandia a Suecia, dejó su Stradivarius (propiedad del
gobierno), en la habitación del hotel. Por este detalle, los agentes de la KGB
confiaron en que ella no estaba escapando, y demoraron su persecución al asumir
que simplemente era imposible que ella hubiera dejado su violín atrás.
Otros violines Stradivari famosos incluyen el «Marie
May», vendido en Christie’s por cuatro millones de francos, el «Diamante Rojo»,
también conocido como el «Moisés», por haber sido rescatado de un naufragio en
el mar, y los cinco pertenecientes a la familia real española. En este momento,
cobra especial importancia el estudio de la anatomía del violín, en busca de
los secretos de su fabricación, con el fin de intentar reproducirlos con la mayor
fidelidad posible.
En 1995, logré obtener una fotografía a través de una
ventana de una fábrica artesanal de violines en la ciudad holandesa de
Maastricht, en la que se observan las herramientas requeridas para construir
estos instrumentos.
El secreto de su fabricación parece estar en la
técnica artesanal. En la voluta de los Stradivari, la fabricación se rige por
principios matemáticos descritos por Arquímedes, y luego modificados por el
arquitecto Giacomo Vignola. La curva inicial es muy apretada, y luego se abre
muy ampliamente, en un diseño considerado perfecto.
Los talleres que producen los mejores instrumentos
mantienen un interesante parecido con los grabados de talleres de luthiers
medievales.
De: El alma del violín. A. J. Morillo.
El violìn eléctrico.
Un violín eléctrico es simplemente un violín con una
señal de salida electrónica. El término puede referirse a un violín acústico
con un transductor electromagnético o pastilla (en inglés ’pickup’) de algún
tipo, pero usualmente se refiere a un instrumento completamente electrónico.
Muchos instrumentos tienen un cuerpo sólido, lo que
ayuda a prevenir la retroalimentación de las resonancias del cuerpo hueco bajo
la gran amplificación de un escenario. Sin embargo, el timbre de un violín
acústico se crea directamente a causa de estas resonancias, y es por ello que
un violín eléctrico tiene un sonido mucho más “crudo” que uno acústico,
dependiendo de como se captura la señal. Normalmente, los violines eléctricos
tienen un diseño minimalista y poco tradicional, para mantener el peso lo más
bajo posible.
A menudo son vistos como instrumentos
“experimentales”, estando menos establecidos que las guitarras y bajos
eléctricos. Por ello, hay muchas variaciones sobre el diseño original, como
trastes, cuerdas extras, cuerdas simpatéticas o cuerdas barítonas que suenan
una octava más bajas que las normales, todo esto sin incluir los diferentes
efectos electrónicos para modelar el sonido puro, en función de las
preferencias del intérprete.
Es mucho más común un violín eléctrico con 5 o 6
cuerdas que un instrumento acústico. El cuerpo, típicamente sólido, también
acomoda la tensión causada por las cuerdas extras sin estresar demasiado el
instrumento. Las cuerdas extras son, normalmente, una cuerda de do bajo con 5
cuerdas, una de do bajo y una de si alto o la alto para 6, y una de do bajo, fa
bajo y si alto para 7.
Las señales de un violín eléctrico normalmente pasan a
través de un proceso electrónico, igual que una guitarra eléctrica, para obtener
el sonido deseado. Puede ser reverberación, coros, distorsión, o cualquier otro
efecto.
Fuente: Wikipedia
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